Si ya estás cansado de que tu casa siempre se vea gris y triste, pon en práctica estos consejos.
Pinta tus paredes de colores claros. Los colores blanco, hueso o amarillo atraen la luz y darán sensación de amplitud. “Los colores neutros en general transmiten calma —afirma María Vázquez, fundadora de Dr.Livinghome—. Si pintas las paredes y el techo de color blanco, lograrás hacer las estancias más grandes, altas y luminosas”.
Aprovecha toda la luz natural. Utiliza cortinas o persianas ligeras en tus ventanas. Otra opción es pintar los marcos de blanco o tonos claros, del mismo color que las paredes. Estaremos creando una estancia mucho más luminosa. La luz natural nos permite embellecer los espacios, dar vitalidad a nuestra casa y de paso ahorrar energía.
Alfombras y accesorios claros. Agrega acentos de colores claros en los accesorios de tu casa como tapetes, almohadas o floreros. Los accesorios son importantes cuando se trata de cambiar el color de la casa y es ahí donde los objetos decorativos te pueden ayudar a conseguir ese color que buscas.
Estos pequeños consejos pueden darle un toque diferente a tu nuevo hogar, haciéndolo un lugar iluminado, tranquilo y en armonía con el medio ambiente.